- 1 ½ libras (aprox. 680 g) de carne molida
- 2 pimientos verdes, en rodajas finas
- ½ cebolla amarilla, en rodajas finas
- 2 cucharaditas de ajo picado
- 1 cucharadita de sal condimentada
- 8 rebanadas de queso provolone
- 4 huevos grandes
- 2 cucharaditas de salsa Worcestershire
- ¼ taza de crema batida espesa (nata para montar)
Instrucciones Paso a Paso
Para comenzar, precalienta tu horno a 190 °C (375 °F). Mientras el horno alcanza la temperatura, engrasa ligeramente una fuente para horno de aproximadamente 23×33 cm (9×13 pulgadas).
En una sartén grande a fuego medio, cocina la carne molida hasta que esté completamente dorada, desmenuzándola con una cuchara de madera. Una vez cocida, escurre cuidadosamente el exceso de grasa de la sartén.
Añade los pimientos verdes en rodajas, la cebolla y el ajo picado a la misma sartén con la carne. Cocina las verduras, removiendo ocasionalmente, hasta que estén tiernas y la cebolla se vuelva translúcida. Sazona todo con la sal condimentada y mezcla bien.
En un bol aparte, prepara la base líquida. Bate los cuatro huevos grandes junto con la salsa Worcestershire y la crema espesa hasta que estén bien combinados y la mezcla sea homogénea.
Retira la sartén del fuego y combina la mezcla de carne cocida y verduras con la mezcla de huevos en un bol grande. Remueve suavemente hasta que todos los ingredientes estén bien distribuidos.
Vierte la mezcla final de manera uniforme en la fuente para horno que habías preparado previamente. Cubre toda la superficie con las ocho rebanadas de queso provolone, solapándolas ligeramente si es necesario.
Hornea en el horno precalentado durante un período de 25 a 30 minutos. Sabrás que la cazuela está lista cuando el queso esté completamente derretido, dorado y burbujeante.
Una vez fuera del horno, es importante dejar que la cazuela se enfríe durante 5 a 10 minutos. Este reposo permite que los jugos se asienten, facilitando el corte y el servicio. ¡Ya está lista para disfrutar!
Sugerencias para Servir y Acompañar
Esta cazuela es una comida muy completa por sí sola, pero se puede complementar perfectamente con acompañamientos sencillos. Una ensalada verde fresca con una vinagreta ligera es una opción excelente para añadir un toque de frescura y equilibrar la riqueza del plato. Unos tomates cherry en rodajas también funcionan muy bien.
Si no te preocupa el recuento de carbohidratos, puedes servirla con un poco de pan de ajo crujiente, ideal para absorber los jugos de la cazuela. Unas patatas asadas o al vapor también son una guarnición clásica que combina a la perfección.
Variaciones de la Cazuela
Esta receta es muy versátil y se presta a diferentes variaciones según tus gustos. Si quieres un sabor aún más auténtico de Philly Cheesesteak, puedes añadir champiñones salteados junto con los pimientos y la cebolla. El sabor terroso de los champiñones es un complemento clásico.
También puedes experimentar con los quesos. Aunque el provolone es tradicional, puedes usar queso suizo, mozzarella o incluso una mezcla de quesos rallados. Para una versión más picante, añade unas gotas de tu salsa picante favorita a la mezcla de huevo o unas rodajas de pimiento jalapeño.
Preguntas Frecuentes (FAQs)
P: ¿Puedo preparar esta cazuela con antelación?
R: Sí, puedes preparar la mezcla de carne, verduras y huevo, verterla en la fuente para horno, cubrirla y refrigerarla hasta 24 horas. Cuando estés listo para comer, simplemente cúbrela con el queso y hornéala, añadiendo quizás 5-10 minutos adicionales al tiempo de cocción.
P: ¿Cómo debo almacenar las sobras?
R: Guarda las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 3-4 días. Se recalienta muy bien en el microondas o en el horno.
P: ¿Es esta receta apta para una dieta baja en carbohidratos o keto?
R: Sí, esta receta es naturalmente baja en carbohidratos y alta en proteínas y grasas, lo que la hace muy adecuada para una dieta cetogénica (keto) o baja en carbohidratos. Todos sus ingredientes son compatibles con este estilo de alimentación.
Conclusión
Esta cazuela de carne molida y queso provolone es la definición de una comida familiar perfecta: fácil de preparar, increíblemente sabrosa y muy reconfortante. Su popularidad es fácil de entender, ya que combina sabores clásicos que gustan a casi todo el mundo en un formato práctico de un solo plato. Es una receta fiable que te sacará de apuros en cualquier noche de la semana.
Anímate a probarla y comprueba por ti mismo por qué se ha convertido en un plato semanal imprescindible para muchos. Es muy probable que, después de probarla, tú también te encuentres preparándola una y otra vez. ¡Buen provecho!