Para la masa:
- 3 huevos grandes, a temperatura ambiente
- 150 g de azúcar blanca común
- 100 ml de aceite vegetal (girasol o canola son buenas opciones por su sabor neutro)
- 70 ml de leche (entera o semidescremada)
- 200 g de harina de trigo todo uso, tamizada
- 8 g de levadura en polvo o polvo de hornear (aproximadamente 2 cucharaditas)
- 8 g de azúcar de vainilla (o 1 cucharadita de esencia de vainilla líquida)
- Una pizca de sal (para realzar los sabores)
Para el relleno:
- 250 g de queso ricotta fresco (también puedes probar con queso crema o queso tipo quark, aunque alterará el sabor y textura final)
- 2 cucharadas de azúcar (ajusta al gusto si prefieres más o menos dulzor)
- 1 cucharada de maicena (fécula de maíz, para ayudar a espesar el relleno)
- 1 huevo grande
Utensilio principal:
- 1 molde cuadrado de aproximadamente 22×22 cm (o uno redondo de diámetro similar), previamente engrasado y enharinado.
Instrucciones Paso a Paso
1. Preparamos el Molde:
Antes de comenzar con la preparación de la masa, engrasa bien el interior del molde elegido con un poco de mantequilla, manteca o aceite vegetal. Luego, espolvorea una fina capa de harina por toda la superficie engrasada, sacudiendo el exceso. Este paso es crucial para evitar que la tarta se pegue al fondo y para facilitar mucho el desmolde posterior. Reserva el molde.
2. Elaboramos la Masa:
- Paso 1: Batir los huevos y el azúcar
En un bol grande, coloca los 3 huevos (que deben estar a temperatura ambiente para un mejor resultado). Bátelos con una batidora eléctrica o manual hasta que estén espumosos y hayan aclarado ligeramente su color. Esto ayudará a darle una textura más aireada a la masa.
Agrega los 150 g de azúcar poco a poco, mientras continúas batiendo. La mezcla debe volverse más cremosa y pálida.
- Paso 2: Incorporar los líquidos
Añade los 100 ml de aceite vegetal y los 70 ml de leche a la mezcla de huevos y azúcar. Mezcla todo con movimientos envolventes si lo haces a mano, o con la batidora a velocidad baja, solo hasta que los líquidos se integren bien.
- Paso 3: Agregar los secos
En un recipiente aparte, tamiza la harina de trigo junto con los 8 g de levadura en polvo (polvo de hornear). Agrega esta mezcla de secos gradualmente al bol con los ingredientes húmedos. Incorpora también los 8 g de azúcar de vainilla (o la esencia de vainilla) y la pizca de sal. Mezcla con una espátula o a velocidad baja solo hasta que no queden grumos y todos los ingredientes estén combinados. Debes obtener una masa lisa y homogénea, de consistencia ni muy líquida ni excesivamente espesa.
3. Preparamos el Relleno:
En un bol mediano, coloca los 250 g de ricotta. Añade las 2 cucharadas de azúcar y la cucharada de maicena. Mezcla bien estos ingredientes con una cuchara o un batidor de mano hasta que se integren.
A continuación, añade el huevo al bol del relleno. Mezcla nuevamente hasta obtener una crema suave, uniforme y sin grumos. Este relleno aportará la textura cremosa característica y un sabor delicado que combina perfectamente con la base esponjosa.
4. Montamos la Tarta:
- Vierte aproximadamente la mitad de la masa preparada en el molde previamente engrasado y enharinado. Extiende la masa con una espátula para cubrir toda la base del molde de manera uniforme.
- Luego, distribuye con cuidado el relleno de ricotta sobre esta primera capa de masa. Intenta que quede repartido de manera equitativa por toda la superficie.
- Por último, cubre el relleno de ricotta con el resto de la masa. Extiéndela con suavidad, tratando de alisar la superficie para asegurar un horneado uniforme y una presentación prolija.
5. Horneado:
Precalienta el horno a 180°C (350°F), utilizando la función de calor arriba y abajo, preferiblemente sin ventilador para evitar que la superficie se seque demasiado rápido.
Lleva la tarta al horno precalentado y hornea durante 30 a 35 minutos. El tiempo exacto puede variar según el horno. La tarta estará lista cuando la superficie esté dorada y se sienta firme al tacto. Puedes realizar la prueba del palillo: si al insertarlo en el centro (en la parte de la masa, no del relleno) sale limpio, está cocida.
6. Enfriado y Presentación:
Una vez que retires la tarta del horno, déjala enfriar completamente dentro del molde sobre una rejilla. Este paso es importante para evitar que se rompa al desmoldarla, ya que estará delicada mientras esté caliente.
Cuando la tarta esté completamente fría, puedes desmoldarla con cuidado si usaste un molde desmontable, o cortarla directamente en el molde en porciones cuadradas o rectangulares. Si deseas un toque más decorativo, puedes espolvorear un poco de azúcar impalpable (glas) por encima justo antes de servir.
Sugerencias para Servir y Acompañar
Esta tarta de ricotta es deliciosa por sí sola, disfrutada a temperatura ambiente o ligeramente fría. Es la compañera ideal para una taza de café aromático o un té reconfortante, perfecta para una merienda o un desayuno especial.
Para una presentación más elaborada, puedes acompañar una porción con unas pocas frutas rojas frescas (fresas, frambuesas) que aportarán un toque de acidez y color, o con una cucharada de compota de frutas casera.
Variaciones de la Tarta de Ricotta
Esta receta base es muy versátil y se presta a diversas variaciones:
- Con Manzana: Como se menciona en la inspiración de esta receta, puedes añadir una capa de manzanas finamente laminadas sobre el relleno de ricotta antes de colocar la capa final de masa. Esto le dará un toque frutal, jugoso y un sabor diferente.
- Toque Cítrico: Añade la ralladura de la piel de un limón o media naranja a la mezcla del relleno de ricotta para un aroma y sabor más fresco y vibrante.
- Chocolate: Incorpora chispas de chocolate a la masa o al relleno, o incluso un poco de cacao en polvo a una parte de la masa para un efecto marmoleado.
- Frutos Secos o Pasas: Puedes añadir al relleno de ricotta un puñado de pasas previamente hidratadas o nueces picadas.
- Otros Quesos: Aunque la ricotta es la estrella, la receta original sugiere que se puede probar con queso crema (para un relleno más denso y ácido) o queso tipo quark (para una textura más ligera, similar a un yogur espeso), lo que modificará el perfil final del postre.
Beneficios para la Salud (con moderación)
Si bien la tarta de ricotta es un postre y, como tal, debe consumirse con moderación, algunos de sus ingredientes pueden aportar beneficios. El queso ricotta es una buena fuente de proteínas de alta calidad y calcio, y generalmente es más bajo en grasa y sodio que otros quesos como el queso crema. Los huevos también contribuyen con proteínas y nutrientes.
Al prepararla en casa, tienes control sobre la calidad de los ingredientes y la cantidad de azúcar. No obstante, sigue siendo una preparación dulce que aporta calorías, por lo que es ideal para disfrutar ocasionalmente dentro de una dieta equilibrada.
Preguntas Frecuentes (FAQs)
¿Cuál es la diferencia entre usar ricotta, queso crema o quark en el relleno?
La ricotta es un queso de suero italiano, de textura ligeramente granulada y sabor suave y fresco. El queso crema es más denso, untuoso y con un sabor más ácido. El quark es un queso fresco europeo, de textura similar a un yogur griego espeso o un queso cottage suave, y sabor también ácido. Usar uno u otro cambiará significativamente la textura (más densa con queso crema, más ligera con quark) y el sabor del relleno.
¿Por qué mi tarta se hundió en el centro después de hornearla?
Esto puede suceder por varias razones: abrir la puerta del horno demasiado pronto durante la cocción; un exceso de batido en la masa que incorporó demasiado aire que luego se escapó; o que la tarta no estuviera completamente cocida en el centro. Asegúrate de que la prueba del palillo salga limpia y de no abrir el horno innecesariamente.
¿Puedo usar un molde redondo en lugar de uno cuadrado?
Sí, puedes usar un molde redondo de un diámetro comparable (aproximadamente 22-23 cm). Ten en cuenta que si la profundidad del molde es diferente, el tiempo de horneado podría variar ligeramente.
¿Cómo sé que la tarta está perfectamente cocida?
La superficie debe estar dorada y sentirse firme al tacto. La prueba del palillo es la más fiable: insértalo en la parte de la masa (no directamente en el relleno de ricotta, que siempre será más húmedo) y si sale limpio, sin masa cruda adherida, está lista.
¿Cómo debo guardar las sobras de la tarta?
Guarda la tarta sobrante bien cubierta con film transparente o en un recipiente hermético en el refrigerador. Se conservará bien durante unos 3 días.
Conclusión
Esta tarta de ricotta esponjosa y cremosa representa el equilibrio perfecto entre la sencillez en la preparación y un resultado final absolutamente delicioso. Es ideal para disfrutar en cualquier momento del día, ya sea para una pausa dulce, como postre o para compartir en una merienda, y es un verdadero acierto si quieres sorprender a tu familia o invitados con un postre casero lleno de sabor y cariño.
Anímate a probar esta receta; su textura suave y su delicado sabor te conquistarán.